RECONQUISTAR UN AMOR
“Lo siento, ya no estoy enamorado de ti”.
Esta es una de las frases mas devastadoras que podemos recibir, sobre todo, si nosotros sí seguimos amando a esta persona. El dolor es más grande cuanto más avanzado esté el proyecto de pareja. Esto es, cuanto más hayamos planificado nuestra vida junto a esa persona. Endurece el golpe que la pareja esté casada y que tenga hijos. En resumen, es como si nuestro corazón estuviera amoldado y fuertemente unido al de nuestra pareja, y ahora éste último se despega produciendo un profundo desgarro. Todo lo construido junto a esa persona, quizás durante años, de repente de desploma y nos vemos rodeados de escombros.
Todo se complica si además hay una tercera persona, porque entonces al dolor del golpe se le suma un gran componente de ira hacia este tercero. A menudo la persona se niega a creer lo que le está ocurriendo. La negación es un mecanismo de defensa para evitar el sufrimiento. “Imposible, ¿cómo vas a dejar de quererme de la noche al día?” Y en este punto, se intenta salvar la relación aludiendo a momentos pasados compartidos. “Pero si hace un mes en el viaje me dijiste que querías envejecer conmigo”. “Si siempre me dices que soy la mejor persona que jamás has conocido”. “Mira estas fotografías que nos hicimos hace dos semanas… ¡si parecemos una pareja ideal!” Otros intentos infructuosos pueden ser pedir ayuda a la familia del “desenamorado”, para ver si “entra en razón” o planificar sorpresas como flores o regalos enviados por paquetería. Pero tales intentos son como hacer una reanimación cardiorrespiratoria a un cadáver. No hay nada que hacer. O, al menos, no de este modo.
En este punto, ¿es posible la reconquista? Puede quedar una posibilidad, pero aprovecharla o perderla depende de cómo afrontemos la situación. Es necesario cuidar los siguientes factores:
- Aceptar la situación con dignidad. Si tu pareja te deja, no puedes presionarla, ni ponerte de rodillas, ni decirle que no puedes vivir sin ella. Esto te mostrará demasiado débil y dependiente, y por tanto, poco atrayente. Tampoco es menester hacerse el duro y hacer como si nada te importara, porque sería poco creíble, se notaría que es una estrategia. Es necesario aceptar la ruptura, aunque mostremos que nos duele y no deseamos romper la relación.
- Respetar el espacio de la otra persona. Es importante que note tu ausencia, porque esto le ayudará a valorar cosas que ahora no aprecia. Respetar este espacio es muy importante, porque también da a entender que estamos afrontando dignamente la pérdida, sin llamadas o mensajes desesperados de que necesitamos volver. Si hay una tercera persona, es crucial ignorarla y no aludirla, aunque se sientan ganas de insultarla o incluso agredirla. Esto sería un gran error, pues fortalecería el vínculo de nuestra expareja con ella, ante la necesidad de defenderla y cuidarla de nuestras agresiones.
- Recuperar la autoestima. A menudo cuando nos hemos entregado plenamente a una vida de pareja o de familia, hemos sacrificado aspectos individuales en el camino. Quizás miramos atrás y descubrimos que queda poco en nosotros de aquel ser lleno de vida y virtudes que enamoró a nuestra ya expareja. Tal vez hemos dejado de cuidar nuestro aspecto, hemos abandonado el gimnasio, descuidado nuestras amistades, dejado de practicar nuestras aficiones o renunciado a nuestros sueños… En definitiva, nos hemos convertido en una persona más pobre, menos vital, más aburrida y monótona. Como consecuencia, no nos gustamos, y por supuesto, tampoco así gustaremos a nuestra expareja.
Se trata, pues, de reconquistar nuestro amor por nosotros mismos, porque éste será el único modo de poder reconquistar a la pareja perdida. Parafraseando a Mario Quintana…
«El secreto no es correr detrás de la mariposa…es cuidar el jardín para que ella venga a ti».
Mónica Ferrera, psicóloga y psicoterapeuta.
Toñi Ojeda says:
Completamente de acuerdo, Mónica, suscribo tus palabras y por experiencia, sé que es así, aunque me hubiese gustado contar con esta información antes y no cometer algunos errores.
Nico says:
Magnifico Mónica un saludo