EL WHATSAPP Y SU IMPACTO EN LAS RELACIONES HUMANAS
Recientes estimaciones calculan que podemos desbloquear nuestro móvil una media de 100 veces al día. Una nueva notificación de correo, un nuevo “me gusta” en una foto de Instagram, una solicitud de amistad de Facebook o un mensaje de WhatsApp. Las nuevas tecnologías de la información y comunicación están teniendo un gran impacto en las relaciones humanas.
Podríamos adentrarnos en un extenso análisis sobre la repercusión de todas las aplicaciones y redes sociales como Facebook, Instagram, etc. Sin embargo, me gustaría centrarme en esa particular aplicación que facilita enviar y recibir mensajes instantáneos desde nuestro móvil, sin ningún coste, ya sean escritos, de audio o imágenes: el famoso WhatsApp.
Particularmente, cuando me estrené con tal aplicación, fue en un viaje a Roma, y me pareció asombroso poder enviar a mis familiares imágenes instantáneas de mis visitas al Vaticano, el Coliseo o mi adorada Fontana di Trevi. Al poco tiempo de mi llegada, y gracias a un chat de grupo de WhasApp, pudimos organizar una barbacoa entre nada menos que veinte personas. Nuestras conversaciones de grupo facilitaron enormemente aclarar desde quién aportaba la barbacoa, quién compraba la carne, las bebidas… ¡sin olvidar decidir quién traía la baraja de cartas para la sobremesa! Fascinante, esa maravillosa aplicación parecía hacer nuestra vida más fácil.
Nadie se resistía a los encantos del WhatsApp, que se extendía incluso a los menos habilidosos con las tecnologías. Padres, niños, incluso abuelos veía con smartphones comunicándose a través de WhatsApp. En las sesiones de terapia con mis pacientes todos aludían a tal o cual conversación por WhatsApp que tanta trascendencia había tenido con tal o cual persona. Y aquí empieza para mí la cara oscura de esta aplicación: la comunicación entre personas con algún conflicto, y en especial, la comunicación por WhatsApp en la pareja.
Desde mis diez años de experiencia en la terapia de pareja he percibido que la comunicación por WhatsApp puede complicar una relación en conflicto por los siguientes riesgos:
- CONTROL DE LA PAREJA. La información que facilita el WhatsApp sobre la última hora de conexión es una herramienta fatal para parejas desconfiadas. “Saliste anoche y volviste a casa a las 5 de la mañana, porque esa hora fue tu última conexión”, o bien “Te has conectado después de yo escribirte y no me has respondido”. Este control va alimentando la desconfianza y aumentando el conflicto en la pareja.
- IMPULSIVIDAD. Si cualquier pensamiento pasa por la mente, en segundos puedes hacerlo llegar a tu pareja. Basta sacar el móvil de tu bolsillo y escribir un WhatsApp. Y si ese pensamiento es “ya no siento lo mismo por ti”, el mensaje será enviado antes de que se haya pensado con detenimiento. La facilísima accesibilidad a la comunicación gratuita e instantánea fomenta la impulsividad en la comunicación, que en nada ayuda a la pareja en conflicto.
- MALOS ENTENDIDOS. En cualquier conversación por escrito se puede llegar a perder hasta un 70% de la información, ya que no nos llega la entonación del mensaje, el volumen y otros aspectos como la expresión facial, la mirada, la postura o el movimiento de nuestro interlocutor. Además, una simple coma mal colocada puede cambiar el contenido de un mensaje. No es lo mismo decir “no te quiero” que “no, te quiero”.
- EXPOSICIÓN DE LA INTIMIDAD. A través de la frase de “estado” y de la foto de perfil establecemos un “escaparate” donde lucimos información de nuestra intimidad al público. Este impacto como “información pública” es a menudo usado como arma para manipular la creencia sobre nosotros. Así, y sólo por confundir o crear interés en un ex, es posible publicar un estado como “Cuando te pienso sonrío después”… ¿A quién va dirigido? ¿Es sólo la letra de una canción? La controversia está garantizada…
No pretendo con este artículo denigrar esta fascinante aplicación del WhatsApp que ya usan más de 1000 millones de personas. Nada más lejos de mi pretensión. Sólo que como todo, requiere un uso consciente y responsable, y así resaltaremos sus ventajas. Por ello, y a modo de conclusión, cuida el uso del WhatsApp en la pareja: es maravilloso usarlo para enviar besos, corazones y te quieros… pero para resolver conflictos, mejor cara a cara, mirarnos a los ojos y poder abrazarnos después…
Mónica Ferrera, psicóloga y psicoterapeuta.
Enlazo el corto «Yo tb tq», donde se representa de forma clara y curiosa cómo una misma conversación puede tener resultados diferentes si se mantiene por Whatsapp o en persona…
nico says:
Cierto
nico says:
Cierto . acerca a las personas que tenemos lejos y aleja a las que tenemos cerca . un saludo
Marta says:
Brillante Mónica!! Has dicho mucho en pocas palabras. Un besazo
Jesús says:
Gran texto y cortometraje, gracias por dedicar tu tiempo a ilustrarnos con tan grandes razonamientos!
Yulieth Domínguez says:
Si todo lo que dices es cierto hay muchos malos entendidos con las redes sociales y siempre caemos en eso me gusta tu forma de hablar y escuche en Youtube como enseñas a meditar y fue muy bueno gracias
Freda Jodoin says:
la nota que publicaste me fue demasiado util, voy a aprovecharla y mandarsela a un amigo por fb que estaba buscando lo mismo, muchas gracias por compàrtir la data 😀